Sin la movilización de los pueblos en Revuelta no habría Convención Constitucional, así como tampoco convencionales por fuera del poder constituido. Si bien sabíamos que la disputa al interior de la CC no sería fácil, la declaración sobre la prisión política en Chile y la militarización del Wallmapu, emanada el jueves 8 de julio, dista mucho de los 6 puntos sobre las garantías democráticas levantadas por 34 convencionales días antes del inicio de la CC y presentadas en una declaración titulada Vocería de los Pueblos de la revuelta popular a la constituyente donde señalan que “Nos llamamos a hacer efectiva la soberanía popular de la constituyente”.
La declaración sobre la prisión política en Chile y la militarización del Wallmapu, propuesta por el PS, PC, FA e independientes se aprobó con 105 votos a favor, 34 en contra y 10 abstenciones. Declaración que evidencia la imposición del poder constituido por sobre el poder constituyente. Si bien las fuerzas de izquierda dentro de la CC lo consideraron como un triunfo histórico, lo cierto es que se posicionó el progresismo, y en la materialidad son sólo palabras que no aceleran la liberación de quienes se encuentran prisionerxs en Chile y el Wallmapu, así como tampoco la reparación a las personas y sus familiares que han sufrido la violencia estatal, ni la desmilitarización del territorio mapuche.
Pero lo que realmente irrita es el discurso triunfalista, muy a lo “shileno winner” o “la roja nos acostumbró a ganar”, que hemos visto desde les convencionales por fuera de los partidos que han administrado el país durante la post-dictadura. Lo de ese jueves no fue un día histórico para los pueblos ni se hizo efectiva la soberanía popular, sino que fue una reafirmación de la resistencia del desigual orden establecido. Ante lo ocurrido, en vez de reconocer la necesidad ineludible del fortalecimiento entre las fuerzas independientes a los partidos y grupos económicos, hacer el balance a partir de los 6 puntos sobre las garantías democráticas anunciadas anteriormente, se prefirió salir con un discurso de triunfo al más puro estilo neoliberal.
Mientras se sigue en las calles exigiendo el fin de la prisión política, en lo concreto la declaración es una interpelación sin plazo a los poderes constituidos, en la que se legitimó una ley de indulto que ni siquiera abarca al total de presxs de la revuelta, y que por supuesto, deja afuera a quienes están bajo largas condenas, así como a los presos políticos mapuche. Además, me parece de una extrema falta de sensibilidad decir que con la declaración se ha dejado establecido el derecho a la rebelión cuando desde la Vocería de los Pueblos no se han dignado a responder a la interpelación hecha desde el grupo de apoyo de Mauricio Hernández Norambuena, respaldada por casi 200 organizaciones sociales y territoriales, para que se posicionen respecto al presidio del Comandante Ramiro, quien legítimamente hizo uso de su derecho a la rebelión bajo la sangrienta tiranía cívico-militar.
Lo que nos queda es seguir organizando, articulando y movilizándonos por la libertad de todxs lxs presxs políticxs, además de dar las disputas al interior de nuestras organizaciones para que quienes dicen ser voceros y voceras nuestros y que llegaron a la Convención levantados por nosotres, construyan mecanismos vinculantes y se exprese realmente la voluntad popular en la Convención. Sinceramente espero que les convencionales independientes que responden a organizaciones políticas por fuera de los partidos sopesen su fuerza dentro de la CC, construyan una unidad efectiva en concordancia con las demandas de los pueblos, y no se queden en peleas de egos y nimiedades, y con esto me refiero a la Vocería de los Pueblos, Movimientos Sociales Constituyentes y la Lista del Pueblo.
Asimismo, es importante que se hagan cargo de sus palabras y que estas tengan una correlación en su accionar. La poesía y la labia suelen ser un bálsamo ante la realidad, pero sin duda «hacer es la mejor manera de decir».
Por: Loreto Contreras Orellana, Integrante de La Milpa – PAC