Desde el Movimiento por el Agua y los Territorios (MAT) celebramos la organización y las reivindicaciones de los Derechos Humanos y a la Naturaleza, ya que hemos visto que es una forma efectiva de modificar las estructuras institucionales de los extractivismos. Pero a un año del inicio de la Rebelión de Octubre chilena no podemos sino condenar la sistemática violación a los Derechos Humanos que ha cometido el Estado contra sus pueblos y, específicamente a las defensoras y defensores de los derechos de la naturaleza, el agua y los bienes comunes, así como a quienes se manifiestan por revertir el actual orden de explotación de nuestras vidas y cuerpos.
Hemos visto cómo desde el Estado han omitido la realización de cualquier acción tendiente a la protección de quienes defienden los derechos de la Naturaleza, que en el último tiempo, han sufrido diferentes ataques infundiendo miedo para amedrentar la labor de defensa de diferentes territorios. Existe una profundización peligrosa de las estrategias que criminalizan la protesta social. Así mismo, no es comprensible la prolongación del Estado de Excepción especialmente el Toque de Queda y las políticas de obtener permisos para trasladarse de comunas, cuando desde el Ministerio de Salud indican que la pandemia está prácticamente controlada. Esto solo va en consonancia con la constante violación a los Derechos Humanos y civiles donde la política de confinamiento ha operado más bien como supresión de derechos.
La noche del 18 de octubre de 2020 un funcionario de Carabineros disparó a quemarropa al joven de 26 años, Aníbal Villarroel Rojas, en La Victoria por manifestarse contra la injusticia, la exclusión, la segregación que este país ha sostenido durante tanto tiempo. El asesinato de este poblador de la comuna de Lo Espejo no se puede explicar sino desde su origen: En la privatización del orden de todas las cosas y la extracción intensificada de bienes naturales y su distribución que está sujeta al poder adquisitivo individual. Quienes tienen más dinero, acceden a mejores condiciones ambientales así como a más derechos, mientras que quienes tienen menos están en una situación constante de precarización y violencia estructural.
Desde el MAT condenamos una vez más la violación de los Derechos Humanos y las estrategias de amedrentamiento que han quedado impunes debido al accionar del Estado que debiera protegernos, sin embargo entendemos que este estado de rebeldía se debe a la exclusión de amplios sectores de la sociedad. También llamamos a cuidarse de la represión y ataques impunes de los agentes del Estado que viene de la mano de un aumento sostenido de acuerdos en armas y seguridad, especialmente con el Estado de Israel asegurando armas “probadas” en el pueblo palestino, pues los estados extractivistas necesitan aumentar sus políticas de control y seguridad de las poblaciones, así como tecnologías para implementar las “falsas soluciones ambientales”, reduciendo los derechos y la democracia, para así tener mayor control de las economías.
Ha sido la organización, la confraternización, el hermanamiento y la solidaridad entre pueblos y personas que pertenecen a distintos movimientos, las que han fortalecido las luchas, han reivindicado los territorios y los derechos así como han evidenciado la crisis política institucional que vive el país. De la mano con las compañeras y compañeros de medios de comunicación independientes, populares, comunitarios, libres y autónomos, a quienes valoramos por su trabajo en la calle y por colaborar con la difusión de nuestros comunicados, nos hacemos eco del llamado a recuperar el agua para los territorios, ecosistemas y pueblos, y exigir los derechos de la Naturaleza como sujeta digna de ello, mediante la consolidación de la gestión comunitaria de los bienes comunitarios y también el derecho a la naturaleza, bien común superior, para todas y todos.
Exigimos la libertad de las y los presos políticos de la Revuelta y del pueblo mapuche, justicia y verdad respecto de los asesinatos, las violaciones, las torturas, los abusos, las mutilaciones de los pueblos en resistencia, porque entendemos la defensa de los derechos de la Naturaleza como parte del ejercicio de la autodeterminación de los pueblos.
Fuente: Movimiento por el Agua y los Territorios