A partir de las 11hs de Argentina estará publicado el libro Atlas del Agronegocio Transgénico en el Cono Sur. Monocultivos, resistencias y propuestas de los pueblos. Coordinado por Acción por la Biodiversidad y sistematizado por Darío Aranda, el mismo será gratuito y de libre descarga. El Atlas se propone ser una herramienta a disposición de aquellas personas que resisten en los territorios, llevando adelante luchas en defensa de la vida y por la Soberanía Alimentaria. En él se abordan las principales problemáticas vinculadas al modelo transgénico que se estableció en el Cono Sur durante la segunda mitad de la década del noventa.
En los 22 capítulos que componen el libro se desarrolla la introducción del modelo transgénico en Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia, la creciente utilización de agrotóxicos vinculados a estas semillas, la ciencia al servicio de este modelo, la concentración de tierras y criminalización de campesinos y campesinas, los intentos de modificación de las leyes de semilla para establecer un sistema de patentes, la destrucción de ecosistemas y economías regionales, el control oligopólico del mercado por parte de un puñado de corporaciones, el impacto del agronegocio sobre los cuerpos de las mujeres y la Agroecología como una alternativa a este modelo depredador.
En la región, cada año se deforestan 2 millones de hectáreas de bosques. Esto, a su vez trajo aparejado un proceso de concentración de tierras: en la actualidad, el 1% de las explotaciones controlan el 36,4% de la tierra en Argentina y el 3% de los grandes productores controlan el 85% de la tierra en Paraguay.
La soja transgénica producida en la región se destina al desarrollo de agrocombustibles y forrajes, y el poroto exportado por Brasil, Argentina y Uruguay se dirige en más de un 80% hacia China.
Por otro lado, la utilización de agrotóxicos creció exponencialmente, llegando a utilizarse más de 570 millones de litros de agrotóxicos solamente en el cultivo de soja en el año 2015 en Brasil. Este dato no solo está vinculado al aumento de la superficie, sino también a la aparición de “malezas” en los campos transgénicos.
A pesar de que los defensores de este modelo sostienen que los agrotóxicos son inocuos, se ha ido acumulando vasta literatura científica que comprueba sus efectos en la salud y el ambiente. A tal punto que, en marzo de 2015, la Agencia Internacional para la Investigación sobre le Cáncer emitió un documento en el que clasifica al gliofosato como “probablemente cancerígeno”. vinculaba la exposición al glifosato con incidencia de cáncer, así como también con daños del ADN.
Frente a este contexto, la publicación de un libro que aborde de forma integral no sólo los impactos que este modelo transgénico genera, sino también las alternativas que los pueblos construyen, es fundamental.
Tal como plantea en el prólogo Damián Verzeñassi, Director del Instituto de Salud Socioambiental de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario, este Atlas “sin dudas seguirá nutriéndose y actualizándose con el aporte de las comunidades que se lo apropien y lo transformen en una herramienta para fortalecer sus luchas, resistencias y siembras. Porque este Atlas, fruto del trabajo colectivo, ya es semilla en busca de territorios fértiles para germinar un mundo saludable”.
Fuente: Biodiversidad