La contaminación atmosférica tendría incidencia en la muerte de 4.5 millones de personas al año en el mundo. Nueva York sería la ciudad con la calidad de aire más contaminante, sobre todo producto del trabajo de las centrales eléctricas.
Una nueva cifra se suma a los dramáticos números de la contaminación fósil global. Esta vez un estudio elaborado por Greenpeace y el Centro de Investigación de Energía y Aire Limpio(CREA, por sus siglas en inglés), ha revelado que anualmente fallecen alrededor de 4.5 millones de personas producto de la quema de combustibles fósiles.
La difusión de micropartículas provenientes de los hidrocarburos habría tenido incidencia en la muerte de 40 mil niños menores de cinco años en el último lustro, y cerca de 16 millones de menores de edad sufren asma debido a la exposición de dióxido de nitrógeno (NO2), un componente emitido principalmente por los combustibles y las centrales hidroeléctricas.
“La contaminación del aire es una amenaza a nuestra salud y a nuestra economía. Cada año, la contaminación generada por los combustibles fósiles se lleva millones de vidas e incrementa los riesgos de padecer ataques, cáncer de pulmón y asma, además de costarnos billones de dólares”, afirma Minwoo Son, responsable de la campaña Aire Limpio en Greenpeace Sudeste Asiático.
En Europa se estima que en los últimos años cerca de 398 mil muertes ocurrieron por enfermedades derivadas por la exposición al petróleo quemado y al carbón.
Nueva York con el peor aire
Estas cifras se ven refrendadas dramáticamente en la ciudad de Nueva York, que sería la ciudad con el aire más contaminante del mundo. La investigación, difundida en la revista Nature, sostiene que en Nueva York se dieron en el 2018 el 60% del total de las muertes vinculadas a la calidad del aire en los Estados Unidos.
La investigación se centró en los diversos sectores industriales, así como el transporte por aire, tierra y mar. De esto se detectó que las plantas de energía eléctrica son los centros que generan mayor cantidad de emisiones en los últimos años.
A nivel nacional, en los EE.UU. se estima que entre 41% y 53% de las muertes prematuras están vinculadas con la contaminación atmosférica. Aunque en este país existe una Ley de Aire Limpio desde 1963, diversos sectores energéticos estarían omitiendo las restricciones de emisiones impuestas por esta norma.
Por José Díaz
Fuente: Servindi