El viernes 24 de enero de 2020, se realizaron audiencias de pruebas en juicio por restitución de 100 hectáreas ocupadas por la diócesis de Villarrica del Titulo de Merced Carlos Antimilla de Coñaripe, en los tribunales de Villarrica, Temuco y Panguipulli. Si bien la causa esta radicada en el Tribunal de Garantía y Letras de Panguipulli, la diócesis de Villarrica pidió que dos testigos declararan en el tribunal de Temuco y, otro testigo, en Villarrica. Cabe destacar que los testigos que declararían en Temuco por parte del obispado de Villarrica no se presentaron. Luego de esta audiencia de pruebas, el trámite que se espera es la visita por parte de la Corporación Nacional Indígena al Lof Kona Rupu Mapu, para que realice los estudios pertinentes ordenados por el tribunal en un plazo no mayor a quince días.
Uno ve salir al abogado de la Diócesis de Villarrica, con un rostro de pesadumbre y preocupación; enfrascado en su terno azul oscuro ; quizás pensando que los testimonios presentados por la contraparte en la audiencia de pruebas son tan contundentes, que poco importa que en su calidad de representante de la Iglesia ante tribunales, haya establecido que la Diócesis no restituirá las 100 hectáreas a las comunidades mapuche herederas del Título de Merced Carlos Antimilla.
Tras el término de la presentación de testigos ante los actuarios del tribunal, las comunidades desarrollaron un punto de prensa en el cual indicaron sus impresiones frente a esta nueva jornada ante tribunales
Manuel Chocori, del Lof Kona Rupu Mapu se refirió a las razones del control territorial que realizan las comunidades del territorio, ubicado sureste Coñaripe, localidad ubicada en la comuna de Panguipulli, Región de Los Ríos.
Chocori, también se refirió a los anhelos de las comunidades y al uso espiritual y medicinal del territorio que han realizado las comunidades del Lof Kona Rupu Mapu y que estableció esta acción reivindicatoria por 100 hectáreas contra la Diócesis de Villarrica.
En el punto de prensa realizado por las comunidades del Lof Kona Rupu Mapu, la abogada Judith Barrera, indicó en que consistió esta audiencia de pruebas.
La abogada Judith Barrera, también explico los alcances de las declaraciones emitidas por los testigos:
Judith Barrera, abogada del Lof Kona Rupu Mapu, se refirió también al extraño “cuestionamiento” realizado por la diócesis de Villarrica, respecto a la legitimidad de la actual comunidad Carlos Antimilla, como continuadora del lof ancestral circunscrito durante el proceso de radicación y titular del título de Merced.
La abogada también explicó que dentro del proceso judicial en curso lo que viene es que el tribunal solicite a la Conadi la elaboración de un informe, para lo cual esta agencia estatal debiera visitar el territorio del Lof Kona Rupu Mapu.
Elpuelche.cl también conversó con el Lonko Pedro Antimilla, del Lof Kona Rupu Mapu, quien nos explicó de donde provenía el conocimiento de la historia y el uso espiritual del espacio; exhortando de paso a la Diócesis para que devuelvan las tierras en litigio
Cabe destacar que otro trámite que se espera es la visita por parte de la Corporación Nacional Indígena, para que realice los estudios pertinentes ordenados por el tribunal en un plazo no mayor a quince días.
La trayectoria del despojo territorial
“Kultrunkura, kuchutuwe, tralko, y Pichi Korrel, son los nombres originarios de los lugares que hoy en día se conocen como “La Misión San Miguel” en Coñaripe, una franja entre la carretera a Panguipulli y la ribera sureste del lago Calafquen, que comprenden un espacio de 100 hectáreas que es parte integrante del Título de Merced N° 2429 otorgado a Carlos Antimilla de 1913.”[1]
Las 100 hectáreas ubicadas en Coñaripe sector la Misión, camino a Panguipulli que ocupaban los Capuchinos a través del Vicariato Apostólico de la Araucanía, y que luego del fin de la Misión Capuchina en 2008, son traspasadas a la Diócesis de Villarrica[2]-creada el 5 de enero de 2002, por el Papa Juan Pablo II-siempre han estado dentro del título de merced de Carlos Antimilla, y no están señaladas como terrenos fiscales ni especifica deslindes, como queda estipulado en el plano de la subdivisión, que se levantó en la época.
Según antecedentes recopilados por la comunidad, en 1982 bajo la dictadura militar, se dividió el título de merced en 400 hijuelas individuales, dejando fuera, nuevamente, y sin adjudicar las 100 hectáreas que ocupaba el entonces Vicariato Apostólico de la Araucanía. Por tanto el título de merced en estas 100 hectáreas no fue liquidado ni adjudicado a nadie, por lo que se encuentra jurídicamente vigente a nombre de los legítimos herederos y continuadores del título de merced de Carlos Antimilla.
La Diócesis de Villarrica, sabiendo que no es dueña de estas 100 hectáreas -pues sólo tiene un permiso para ocupar- intentó sin éxito, a partir del 2015, regularizar estos terrenos ante el Ministerio de Bienes Nacionales para obtener un título de propiedad, en un acto que la defensa legal de las comunidades han calificado como acciones que atentan contra la buena fe.
Fuente: El Puelche