Ante inminente votación de indicaciones de ley de glaciares: Chile necesita imperiosamente ley que garantice protección de todos los glaciares y sus ambientes.

«Lo único razonable es proteger el 81% de los glaciares de América Latina que se encuentran en Chile y que son las fuentes y reservas de agua dulce más importantes que nos quedan para el consumo humano y la vida de los ecosistemas.»
Ante la inminente votación de las indicaciones del proyecto de ley de glaciares emanado del Senado en el 2018 y que descansa por negociación del Gobierno en la Comisión de minería, la Coordinación de Territorios por la Defensa de los Glaciares conformada por más de 30 organizaciones afectadas y amenazadas en sus glaciares desde la Región de Atacama a Aysén que llevamos más de 15 años exigiendo una ley de glaciares, declaramos lo siguiente a los Senadores y a la opinión pública:
1-Chile acumula seis mociones de proyectos de ley de protección de glaciares desde 2005, el mismo año en que explota el conflicto por el Proyecto Pascua Lama y que puso el tema en el centro del debate. Estos proyectos no han llegado a puerto solo debido al poderoso lobby ejercido por el sector extractivista, sobre todo minero. Nuevamente, este sector fue denunciado la semana pasada por senadores de oposición de esta Comisión por seguir presionando en favor de sus mezquinos intereses, esta vez a través del propio Gobierno.
2. Como comunidades y pueblo de Chile no estamos dispuestos a que el poder de dinero siga jugando con nuestro futuro y bienes comunes, MENOS CON LOS VIENTRES DONDE SE GESTA EL AGUA. Esta discusión hace tiempo que no es técnica, si no que apela al sentido común. Y es simple, NO SE PUEDEN SEGUIR DESTRUYENDO Y AFECTANDO LOS ECOSISTEMAS GLACIARES QUE NOS DAN LA VIDA. TODOS LOS GLACIARES Y SUS AMBIENTES (periglaciar y permafrost entre otros) DEBEN SER PROTEGIDOS. Pascua Lama lo ha vuelto a reconfirmar: la megaminería en la naciente de las aguas y sobre el ecosistema glaciar es INVIABLE Y NO SE PUEDE CONCEBIR NUNCA MÁS.
3- Para nosotres, personas, comunidades indígenas y no indígenas, y organizaciones defensoras de los glaciares, estos son entidades vivas, dotados de fuerza vital. SON SAGRADOS. Son las fuentes, vientres del agua y la vida. Constituyen parte del Patrimonio Ambiental de la Tierra y de la Humanidad. Creemos que es necesario alejarse de la visión utilitaria que los considera meras reservas de agua dulce, pues, tal y como lo dice la Corte Suprema esta noción implica que se podría disponer de ellos en el futuro próximo o lejano[1]. Lo que necesitamos entender es que requerimos de su permanencia para que los flujos del agua que nos abastecen y permiten nuestra vida como la de los ecosistemas, continúen.
4- A partir del análisis colectivo que quedó plasmado en nuestras “Bases comunitarias para la protección y preservación de los Glaciares”[2] que también hicimos llegar a la Comisión del Senado, se debe comprender que la protección de los glaciares requiere ampliar nuestro marco y concebirlos como parte de un sistema: el Glaciosistema[3], que a su vez forma parte de la criósfera, que se refiere a toda forma natural con presencia de hielo y temperatura bajo 0° en la corteza terrestre. Además, son patrimonio ambiental asociados a diversas expresiones culturales y cumplen un rol social importante, sobre todo en comunidades campesinas e indígenas cordilleranas. Entendemos también que los glaciares son fundamentales para la vida de los pueblos, comunidades ecosistémicas y para el planeta en su conjunto, sobre todo al ser retardadores del cambio climático.
5- En este sentido, proponemos y defendemos una ley de idónea generalidad que propenda a la protección de todo el ecosistema glaciar. Eso es lo que corresponde en un país con una sequía de más de 11 años, donde el 70% de la población se abastece de agua de glaciares, y en un desolador contexto de cambio climático, en gran parte generado por la acción de las mismas empresas que hoy quieren seguir destruyendo el planeta.
6- Denunciamos que en un intento desesperado, el sector minero vuelve a recurrir a “expertos” o “técnicos” cómplices, que no son más que velados lobistas de las empresas para que sean voceros de falacias que apoyen sus sucias estrategias para intentar de limitar por sexta vez la protección de los Glaciares en Chile. Esta vez, por medio de ex directores del Instituto de Ingenieros de Chile (IING) por medio de reciente informe anunciado en carta en El Mercurio: Jaime Illanes Piedrabuena, ex presidente del IING y dueño de consultora Jaime Illanes Consultores y que entre sus clientes está Anglo American para el proyecto de expansión de Los Bronces; Luis Valenzuela Palomo, ex presidente del IING y director de la consultora Arcadis una de las principales empresas de consultorías ambientales quien cuenta entre su cartera de clientes a Barrick Gold; Humberto Peña Torrealva, de consultoría DIAGUA y ex Director General de Aguas, director del IING; José Adolfo Moreno Correa, abogado socio de oficina Moreno, Saez & Aviles, misma que representa a Alto Maipo.
7. Estos, y quienes se cuelgan posteriormente de la velada acción, sacan del diván los mismos viejos argumentos que los acompañan hace 20 años y repiten la incansable cantinela de que “la protección de los glaciares puede convivir con la minería”, e incluso, sobre pasando todo límite, llegan esta vez a decir que los glaciares no son un recurso hídrico estratégico. Hastiados por tamaña aberración, como comunidades exigimos seriedad en el debate y que cese el engaño al pueblo de Chile. La minería sustentable no existe. Por definición, decir esto es incorrecto ya que los minerales que extrae jamás serán repuestos por la naturaleza, por lo menos no a escala humana. Además, en el ejercicio de extraerlo se destruyen los glaciares y sus ambientes, los que tampoco son restituibles a dicha escala. La minería tampoco es responsable, bien lo sabemos las comunidades y los trabajadores que han cargado con enfermedades producto de la contaminación. A estas alturas y con el nivel de empoderamiento del pueblo chileno, esta blasfemia es INACEPTABLE y culturalmente como sociedad no lo podemos seguir admitiendo. Insistimos: la minería en glaciares no puede ir más. Por ejemplo y para corroborar nuestro argumento: en el caso de los glaciares rocosos, al año 2010 se han perdido por lo menos 3,27 kilómetros de glaciares, equivalentes a 34,7 millones de metros cúbicos[4] de agua por la acción de Codelco, Pelambres, Barrick y Anglo American, sin contar la superficie de glaciares descubiertos que también están contabilizadas y las que faltan por agregar. Finalmente, no es tolerable seguir relativizando la importancia de los glaciares bajo el argumento de que solo se deben proteger a partir de su “eventual aporte” a las cuencas, como poniendo en duda de que el ecosistema glaciar es fundamental en su conjunto y que los glaciares lo son independiente de su tamaño. Los glaciares están siendo centrales hoy en el abastecimiento de agua en las zonas más golpeadas por la mega sequía. Estudios recientes dan cuenta, por ejemplo, de que el caudal de verano del Río Aconcagua[5] proviene en un 34% de glaciares y en un 23% de glaciares de roca. Por su parte, el 40% del caudal de Río Maipo[6] en los meses de febrero y marzo proviene de glaciares.
8. A la fecha, los glaciares se manejan conforme a una concepción utilitaria que insiste en la ficticia nomenclatura de “protección” por medio del Sistema de Evaluación Ambiental y en áreas protegidas (que se pueden desafectar). Hoy, hay más de 34 proyectos hidroeléctricos y mineros en zona de glaciares, tanto en etapa de explotación como de exploración, lo cual está bajo conocimiento del Sernageomin, la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA), o el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA). Este último ha permitido una serie de proyectos en glaciares que han terminado con su destrucción u afectación, de los cuales Pascua Lama es la muestra concreta de que es imposible la convivencia extractiva con el resguardo de los glaciares. Dicho proyecto se aprobó con la condición de no afectar, remover o destruir glaciares, pero todo Chile ya sabe qué ocurrió. Finalmente, es bueno recordar que la Corte Suprema (Oficio N° 110-2016) ya cerró la puerta a esa posibilidad y fue clara en 2016 al definir que los glaciares son un patrimonio ambiental y, por lo tanto, intocables y no deben ingresar al SEIA. De hecho, insistir en ese camino es inconstitucional pues vulnera el principio de no regresión en materia ambiental, así como el derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación. Asimismo, no proteger todos los glaciares y sus ambientes es vulnerar los Derechos Humanos, tal como dispuso en año 2015 el Instituto de Derechos Humanos, sustentado en la legislación tanto nacional como internacional.
9. Exigimos dejar de considerarnos un “país minero”, algo que a estas alturas se carga como un yugo y ominosa obligación congénita, Tenemos derecho a reinventarnos, sobre todo ante una actividad extractivista que genera más costos que aportes. La contaminación de las aguas, la destrucción de los glaciares y los problemas de salud que dejan los proyectos mineros empobrecen y precarizan a los territorios devastándolos e imposibilitando la vida y el desarrollo de actividades productivas distintas que, por definición, son y pueden ser sostenibles y ejecutarse respetando la naturaleza. A estas alturas, la minería ya no es “el sueldo de Chile”. El 71% de la producción está en manos de privados y solo el 29 %, de CODELCO. Cabe también destacar que, en los últimos 10 años, su aporte al Producto Interno Bruto (PIB) del país ha descendido por debajo de los dos dígitos, llegando en 2019 a solo el 6,1% (privados: 4,5%; Codelco: 1,7%). En consecuencia, hoy son otros sectores quienes sostienen el arca fiscal, donde el primer lugar lo ocupan los servicios financieros y empresariales (15,3%), luego servicios personales (11,3%) y posteriormente la industria manufacturera (10,4%), seguido de comercio, restaurantes y hoteles (11,1%)[7] y, al final, la minería (9,9%). Por lo mismo, exigimos que Chile enfrente su futuro como PAÍS GLACIAR, lo que permitirá ser fuente de vida para seguir habitando y produciendo en este territorio de maneras diversas. No es un dato menor que de los 117 conflictos socioambientales identificados por el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), 29 de ellos están relacionados con proyectos mineros. Las comunidades hace rato estamos clamando por un cambio de la matriz económica y del modelo económico del país.
10. Por todo esto, apelamos a decisiones razonables y racionales que protejan todos los glaciares y sus ambientes. Las comunidades que vivimos de los glaciares y el pueblo de Chile no permitiremos una mala ley, es decir, una que no proteja todos los glaciares y sus ambientes. Por ese motivo le exigimos a los Senadores que rechacen todas las indicaciones del Gobierno y del oficialismo que intenta, al igual que lo hizo Bachelet en el 2015, engañar al pueblo, dejando una ley cuyo solo título habla de protección de glaciares, pero que finalmente es una herramienta que permite y legaliza su destrucción y afectación. Exigimos también que el proyecto abandone la Comisión de Minería –que fue la moneda de cambio que impuso el Gobierno para aprobar su discusión– puesto que ya se han superado con creces los 30 días de revisión en dicha instancia, que fue el acuerdo inicial. El proyecto debe pasar a la Comisión de Medio Ambiente, donde le corresponde estar.
11. Finalmente y conscientes de que estamos en pleno proceso constituyente, queremos destacar que Chile cambió y que hemos iniciado un camino que no se detendrá. En este momento, la hoja de ruta de todos debería ser lograr la protección del ciclo del agua, así como su desprivatización, donde todos los glaciares sean reconocidos como bienes intocables y Patrimonio Ambiental de la Humanidad y de los pueblos de Chile.
Este debate responde a lo que como país nos tocará enfrentar en un futuro cercano que a todas luces se ve muy desolador dada la crisis ecológica mundial. Ante eso, las respuestas no pueden estar sustentadas en lógicas de hace 30 o 40 años, que es hacia donde apuntan quienes llevan a cabo esta verdadera campaña del terror en contra de la protección de los glaciares y sus ambientes.
Podemos vivir sin megaminería, pero no podemos vivir sin agua.
COORDINACIÓN DE TERRITORIOS POR LA DEFENSA DE LOS GLACIARES
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[1] Corte Suprema. Oficio N° 110-2016. Informe Proyecto de Ley N°26-2016. Chile. 8 de agosto de 2016. Considerando cuarto.
[3] Concepto acuñado por el ex académico del Departamento de Geografía de la Universidad de Chile, Geógrafo especializado en glaciares Francisco Ferrando.[4] Glaciares de Chile: El lobby minero y el tortuoso camino para protegerlos. Recurso disponible en: http://www.chilesustentable.net/…/Cartilla-Glaciares-de…
[7] Todos datos del anuario estadístico de COCHILCO, 2017, 2018 y 2019.