Marcha en El Quisco en repudio y justicia para femicidio de Érika Acosta

Junto a la familia de Érika Acosta, asesinada por su ex pareja en El Quisco, en la comuna se realizó el viernes 13 de mayo una movilización por la principal avenida comunal para relevar el caso, pedir justicia y crear conciencia en la población.

Así lo sostuvo Karen Urzúa, vocera de la actividad quien narró cómo ocurrió el femicidio de Érika Acosta, detallando que era una mujer colombiana, trabajadora, madre, vecina y hermana de 30 años de edad.

Fue asesinada el 1 de mayo por su ex pareja en circunstancias que se investigan. En un primer momento se dio cuenta que había sido un accidente, sin embargo a poco andar la versión del femicidio cobró fuerzas ya quelas puertas y las ventanas de la casa estaban trabadas. Es decir, el femicida la habría asesinado para luego incendiar la casa y suicidarse.

El viernes 13 hubo un acto cultural en la plaza del Centro cultural Camilo Mori donde hubo poesía, canto y palabras de aliento, justicia y memoria. Luego se inició una caminata por la principal avenida de El Quisco que se dirigió hasta el centro de la comuna.

«Estamos aquí para que nunca más vuelvan a acallarnos, para que nunca más vuelvan a matarnos, no más femicidios, el machismo nos mata», expresó Urzúa, y detalló que era madre de un hijo de 13 años, quien había solicitado realizar el acto cultural y la marcha para hacer visible la situación.

La vocera de la familia, Karen Urzúa ratificó que en un comienzo se hablaba de un «incendio domiciliario», pero la gente cercana siempre supo que se trataba de un femicidio. «Érika había fallecido mucho antes de incendiarse su domicilio de su ex pareja», recordó.

«Las compañeras nos preguntamos por qué fue ella ese día a ver a la casa de su ex pareja, no tenía por qué ir, considerando que ya tenía antecedentes de violencia intrafamiliar», comenta Urzúa. «Ese día ella tenía que ir a trabajar y, lamentablemente en vez de llegar al negocio y entrar al negocio ‘Los Nietos’, siguió caminando hacia el pasaje de la villa acá en Rosa María, donde vivía su ex pareja, y desde ahí no salió más».

La familia también denuncia que además de la violencia de género hubo violencia estatal de racismo cuando la mamá de Érika, colombiana, va a retirar el cuerpo las autoridades de la Policía de Investigaciones (PDI) le solicitan que para acreditar que era ella la madre se dirigiera a la Fiscalía a buscar otro documento. Aparentemente el pasaporte no bastaba ya que solicitaban Cédula de Identidad, lo que no tiene sentido.

Los jefes, los amigos y amigas y la familia se prometieron hacer visible este caso considerando que fue un femicidio

El mismo 1 de mayo fue asesinada otra mujer en Ñuble y la compañera Francisca Sandoval, además de Érika. Todas en manos de hombres agresores y femicidas. «Por eso estamos acá, visibilizando para que no nos maten más, basta de matarnos, basta de machismo, basta de violencia porque también estamos visibilizando la crianza responsable, afectiva y libre», concluye Karen Urzúa.

Fuente: Gaceta Ambiental