Cuenta Pública, monólogo de un gobierno antiderechos*

Lo que vimos la noche del viernes, fue con creces una exposición solitaria, con poco brillo -incluso de quienes aplaudían- cuyo intento declamatorio estaba lleno de vacíos. En él no hubo reconocimiento de vulneraciones y violaciones a los Derechos Humanos, en él no hubo un reconocimiento a la carencia de justicia, no hubo diversidad, sólo un tinte monocromático, reflejo de la política de los últimos 47, 40 o 30 años. De antemano, no hubo un abordaje profundo a ninguna de las temáticas expuestas por los meses de movilización, sólo detenida por la cuarentena.
En cambio lo que vimos, leímos, oímos, fue una larga exposición de una conceptualización de una violenta mirada a lo que entiende por violencia, groseramente unilateral. Sin hacer siquiera un guiño a las miles de personas que han sido afectadas y muertas en manos de las instituciones del Estado, que cuentan con al menos 5 informes nacionales e internacionales que coinciden en la violación a los Derechos Humanos propiciados por el Estado y no al revés.
Donde la omnipotencia Estatal “justifica” esta -y según presenciamos- toda política neo colonialista hacia el pueblo Mapuche, colocado en la miserable imagen del “buen salvaje” folclorizado y despojado de todo proceso político reivindicativo cuyos atisbos de, “deben” ser pacificados “con todos los instrumentos que les otorga la ley”.
En términos ambientales presenciamos cómo, en medio de la crisis se continúan levantando e intentando legitimar la construcción de 26 embalses más y sus respectivos canales de riego, más 19 plantas desalinizadoras, como afianzamiento de las falsas soluciones respecto al cambio climático y la sequía. Donde el riego tecnificado no es más que la abolición de toda posibilidad de vida, que genera una irremediable desertificación, más aún, con la desquiciante propuesta de infiltrar los acuíferos subterráneos o su concepción de “pérdida de agua” en el océano, sin considerar que allí se gesta el reinicio de su ciclo. Pues para los Srs. capitalistas el agua es sólo un medio para sus riquezas.
Además de una política de descarbonización cuyos plazos (2050) no dan cuenta de la emergencia y afectaciones que sobrellevan lxs habitantes de territorios donde funciona alguna central termoeléctrica; o los impactos que genera el promover la transformación de la matriz energética por medios ERNC, las que sin transformar el modelo de mercantilización no significa más que una extensión del avasallamiento territorial, que es en lo que ha redundado la aprobación de cada uno de estos proyectos. Donde la palabra potencia de exportación energética es muestra clara de la profundización de los errores/horrores que ha significado cualquier tipo de extractivismo en Chile y el mundo.
Pero son tantas cosas, lxs niñxs, el Sename y la retórica que no guarda ninguna homologación con las políticas reales; la pobre visión de lo que significa la discriminación hacia las mujeres; los “hábitos alimenticios” como si los transgénicos, la contaminación y la escaséz de agua no fuese un elemento central respecto a las afectaciones crónicas en la población, solo por nombrar algunas.
En definitiva, la cuenta pública, ha sido -sin esperar en todo caso más de ella- una reafirmación del neoliberalismo mercantil, donde el capitalismo verde triunfa en materia ambiental, la economía de mercado triunfa sobre nuestros derechos, los mecanismos de coerción estatal se superponen por sobre la justicia social. En definitiva, lo que presenciamos fue el monólogo de un gobierno que hace oídos sordos a las exigencias populares y sobre las, a estas alturas históricas demandas levantadas por los movimientos sociales y territoriales, que sostenemos que otra vida es posible, donde los derechos colectivos, humanos y de la naturaleza estén por sobre cualquier mezquino interés.
*Movimiento por el Agua y los Territorios- MAT y Coordinación de Territorios por la Defensa de los Glaciares – CTDG