En la mañana de este 28 de enero, la organización social conformada por vecinos y vecinas del barrio Puchacay hizo entrega a la Municipalidad de Concepción un informe con observaciones realizadas a la propuesta de la modificación del Plan Regulador de la ciudad, razón de la consulta ciudadana que finalizó el domingo pasado. En él dan cuenta de las consecuencias y riesgos que tendrían para el sector las modificaciones de la altura de las edificaciones.
Fue gracias al estallido social que el barrio Puchacay (sector Collao) pudo hacer una reestructuración y reapropiación territorial del sector a través de una intensa organización por parte de los vecinos y vecinas en jornadas de formación, mesas temáticas y comisiones de trabajo. Esto permitió la configuración de la Asamblea de Barrio Puchacay, comunidad que hasta el día de hoy se junta a discutir problemáticas y realizar actividades que incluyen talleres, obras de teatro, presentación de documentales y hasta una huerta comunitaria.
Hoy, la Asamblea cuenta con vocerías rotativas y uno de sus temas más importantes es el límite de altura de los edificios, problemática que coincidió con la modificación del Plan regulador de Concepción y que motivó la realización de numerosas instancias de debate y puntos de información para participar en la consulta ciudadana que realizó el municipio.
Tras una serie de postergaciones, la problemática se pudo tratar en la consulta ciudadana recién realizada a propósito de la modificación del Plan Regulador de Concepción y en la que participaron 11.728 personas. Sin embargo, vecinos -junto con diversas organizaciones sociales- indicaron que ésta estuvo sesgada debido a una falta de difusión, la forma de participación a través del voto electrónico y el hecho de que se ocultara la papeleta hasta el día de la votación.
Estas falencias, según afirman, permitieron la injerencia de inmobiliarias y grupos de interés, como la Cámara Chilena de la Construcción, que hizo una ofensiva comunicacional para atraer los votos de la ciudadanía a que apoyaran el negocio de sus construcciones
Los resultados de la consulta arrojaron la participación de 11.728 personas que tendieron a preferir que las edificaciones no superen los 5-7 pisos. Sin embargo, los vecinos/as afirman que la propuesta de la municipalidad sólo considera criterios urbanísticos y esta fue la razón principal por la que hicieron entrega de un documento con observaciones a la modificación del Plan Regulador.
Propuesta de los vecinos y vecinas de Puchacay
La cercanía con los sistemas fluviales del río Andalién y el estero Nonguén, y la empinada topografía relacionada a los cerros cercanos son características que hacen del histórico Puchacay un sector único. Debido a eso es que los vecinos apuestan por una planificación urbana que incorpore los factores de riesgo geológico y natural y sugieren dejar como altura máxima de 3-5 pisos en sus edificaciones, consideraciones que plasmaron en la serie de observaciones que hicieron en el municipio.
«En nuestro barrio (la cuenca de Nonguén y todo lo que es Puchacay) existe una estrecha relación con las condiciones naturales, lo que no es muy sabido entre los vecinos. Estamos expuestos a riesgos naturales como inundaciones, sismos y remociones en masa debido a la proximidad de los cerros», expone la geóloga y miembro de la Asamblea, Fernanda Álvarez.
Aparte de las consecuencias naturales, la geóloga también sostiene que hay problemas en el área urbana, ya que los trabajos de construcción conllevan malos olores por el alcantarillado, inundaciones y congestión vehicular. A todo esto se suma además una pérdida de la identidad barrial que tiene el histórico sector de Puchacay.
Una de las indicaciones que hacen los vecinos en el documento es el fenómeno de licuefacción, en el cual los suelos pierden resistencia ante una carga dinámica como los sismos. Esta es una de los escenarios en los que vive la población y que ha sido causa de la destrucción vivida para el terremoto 27F.
«Por efecto de la licuefacción, en el terremoto del 2010, mi casa se empezó hundir en una esquina, donde estaba el baño y la cocina, entonces los azulejos y el cerámico empezó a estallar y estallar. El terreno se licuó, el agua empezó a mover el suelo y tuvimos que desarmar completamente la casa y construir una al frente», detalla Rebeca Ulloa, vecina de Puchacay.
Previo a las observaciones, se hizo entrega de otro documento mucho más exhaustivo, resultado de la conformación de la mesa de trabajo «Mesa de Derechos al Barrio» compuesta por profesionales como arquitectos, geólogos y profesores de historia, miembros de la Asamblea. No obstante, aún sigue en observación del municipio.
Fuente: Resumen